Muchos daños en el cabello no vienen de la genética, sino de pequeños hábitos que repetimos sin saberlo.
Errores más comunes
- Lavar el cabello con agua muy caliente – provoca resequedad y frizz.
- Usar shampoo con sulfatos fuertes a diario – elimina los aceites naturales del cabello.
- Cepillar el cabello mojado con fuerza – rompe la fibra capilar.
- Aplicar calor sin protección térmica – causa daños irreversibles.
- Abusar de tintes y decoloraciones sin tratamientos posteriores – debilita el cabello.
Cómo evitarlos
- Lava con agua tibia o fría.
- Elige shampoo y acondicionador libres de sulfatos y parabenos.
- Desenreda con peine de dientes anchos y de puntas a raíz.
- Usa protector térmico antes de secar, planchar o rizar.
- Si te tiñes, hidrata profundamente cada semana.